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Defectos cardíacos congénitos y opciones de tratamiento

Los defectos cardíacos congénitos (CHD, por sus siglas en inglés) son problemas estructurales del corazón que están presentes cuando nace un bebé. Estos defectos ocurren cuando el corazón no está completamente formado en el útero. Afectan el flujo sanguíneo normal, ya sea ralentizándolo, cambiando su dirección o bloqueándolo por completo. De acuerdo con la Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, los CHD son el tipo más común de defecto congénito. Afortunadamente, los avances médicos y tecnológicos han aumentado las opciones de tratamiento y la esperanza de vida de los niños que nacen con CHD.

Tipos de cardiopatías congénitas

Hay muchos tipos de CHD, que van desde leves a graves. Algunos no necesitan tratamiento, mientras que otros requieren tratamiento inmediatamente después del nacimiento.

El CDC informa que 1 de cada 4 bebés con defectos cardíacos nace con CHD críticos. Estas CC requieren cirugía o tratamiento durante el primer año de vida.

Los tipos más comunes de CHD incluyen:

  • Comunicación interauricular
  • Coartación de la aorta
  • Ventrículo derecho de doble salida
  • Anomalía de Ebstein
  • Síndrome del corazón izquierdo hipoplásico
  • Arco aórtico interrumpido
  • Atresia pulmonar
  • Ventrículo único
  • Tetralogía de Fallot
  • Tronco arterioso
  • Comunicación interventricular

Causas de la cardiopatía congénita

Las causas exactas de la mayoría de los casos de CHD son relativamente desconocidas. Sin embargo, ciertos factores de riesgo parecen contribuir.

Los posibles factores de riesgo para CHD señalados por los CDC incluyen:

  • Genética
  • Cambios en el ADN, los genes o los cromosomas del niño
  • Agentes ambientales
  • Uso de medicamentos de la madre durante el embarazo
  • El tabaquismo de la madre durante el embarazo.
  • Dieta de la madre durante el embarazo.
  • Condiciones preexistentes de la madre, como diabetes u obesidad.

Si está embarazada o planea quedar embarazada, hable con su médico hoy mismo sobre las formas de prevenir las cardiopatías coronarias en su hijo.

Diagnóstico de cardiopatías congénitas

Algunas CHD se pueden detectar durante el embarazo con un ultrasonido específico diseñado para evaluar la salud del corazón del feto. Este ultrasonido se llama ecocardiograma fetal. Otros casos no se detectan hasta después del nacimiento del bebé, mientras que otros pueden no detectarse hasta la niñez o la edad adulta.

Las pruebas comunes que se usan para diagnosticar la cardiopatía coronaria incluyen:

  • Cateterización cardiaca
  • Radiografía del pecho.
  • Ecocardiografía
  • Electrocardiograma
  • Prueba genética

Los síntomas de la cardiopatía congénita pueden ser diferentes para los recién nacidos y los adultos. También varían según el tipo y la gravedad del defecto. Muchos tienen pocos o ningún síntoma, y ​​algunos no se diagnostican hasta que los niños son mayores.

Algunos signos y síntomas comunes incluyen:

  • Cianosis (un tinte azulado en la piel, los labios y las uñas)
  • Fatiga
  • Soplos cardíacos
  • Mala circulación sanguínea
  • Respiración rápida
  • Cansancio al alimentar

Tratamiento de la enfermedad cardíaca congénita

Con tecnología y atención médica avanzada y en constante evolución, hay muchas más opciones para tratar la cardiopatía congénita. Los bebés que nacen con CHD viven vidas más largas con menos problemas de salud y complicaciones.

El tratamiento recomendado para la cardiopatía congénita se basa en una variedad de factores. Un médico observará el tipo de defecto cardíaco congénito, la gravedad, la edad del niño y su salud en general. Estos factores les ayudarán a determinar el mejor curso de acción.

Algunas CHD no requieren tratamiento o pueden controlarse con medicamentos. Otros requieren cirugía o incluso trasplantes de corazón.

Las cirugías que a veces se necesitan incluyen:

  • Cateterización cardiaca. Se pasa un tubo delgado y flexible llamado catéter a través de los vasos sanguíneos hasta el corazón. Luego, el cirujano puede reparar el problema o tomar medidas y realizar pruebas. El catéter también se puede usar para abrir vasos sanguíneos o válvulas cardíacas que se han estrechado debido a la estenosis.
  • Transplante de corazón. Si un niño tiene un defecto grave que no se puede reparar mediante cirugía, es posible que necesite un trasplante. También pueden necesitar uno si dependen de un ventilador o tienen síntomas graves de insuficiencia cardíaca.
  • Dispositivo de asistencia ventricular. Esta es una bomba mecánica que se implanta para ayudar a un ritmo cardíaco debilitado y mejorar el flujo sanguíneo.

Es importante reconocer que solo porque es posible tratar la cardiopatía congénita, no siempre se puede curar. Incluso después de cirugías exitosas cuando se ha reparado el corazón, muchas personas que nacen con CHD viven con ella toda su vida.

Algunos niños con CHD pueden vivir una vida independiente con corazones sanos. Sin embargo, según la gravedad y el tipo de defecto cardíaco, otros corren el riesgo de desarrollar discapacidades a largo plazo o problemas cardíacos. Estos problemas incluyen latidos cardíacos irregulares, mayor riesgo de insuficiencia cardíaca congestiva o ataque cardíaco y debilidad general en el corazón.

Las personas que viven con CHD deben reunirse con su médico regularmente para crear un plan de control, que incluya recomendaciones dietéticas y de actividad física. Estos pasos pueden ayudar a reducir la presión arterial y otros factores que contribuyen a la salud general del corazón.